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lunes, 21 de septiembre de 2015
El cine y sus rasgos antropológicos
Por:
Yolanda Ortiz Fonseca
MACA 2014
Si bien hoy en día el cine parece acercarnos más a un
mundo que no conocemos, lejano a nosotros con sus miles de historias de
fantasías, contadas a través de miles de efectos sonoros especiales y visuales,
no deja de ser un reflejo de lo que somos,
de lo que queremos ser o de lo que no queremos ser. Es así como en este
texto quiero tratar el tema del cine y los rasgos antropológicos que existen en
este arte.
La Antropología, dicho resumidamente, que busca conocer
al ser humano con base en sus expresiones y costumbres culturales, tiene una
labor muy parecida a la del cineasta o el guionista que busca reflejar en sus
producciones audiovisuales a un segmento de la sociedad. El cineasta también
elige ese pequeño grupo del cual hablar, retratar en un sinfín de imágenes en
movimiento, y aunque el trabajo sea sobre ciencia ficción los valores de sus
personajes no dejan de ser humanos, teniendo entonces características iguales a
nosotros aunque el personaje sea un ‘extraterrestre’.
Pero guiándonos más al tema que nos interesa, hemos de
buscar un ejemplo dentro de la ficción a lo que sería el cine antropológico,
como sería el caso de la película de Carlos Sorin, “El Camino de San Diego”.
Esta película trata sobre Tati, un hombre de misiones quien tiene una gran
admiración hacía el ídolo futbolístico argentino, Maradona. Tati se ha quedado
sin empleo y ha empezado una nueva labor junto a un señor que talla árboles,
quien le enseña que no puede utilizar cualquier madera para hacer sus obras
sino que estas deben tener algo especial,que la forma de esa madera le diga
algo que la haga ideal para convertirla en un objeto artístico. Entonces Tati
en su búsqueda se encuentra con una raíz, que cree tiene un gran parecido con
Maradona.Esta historia no sólo refleja la pasión por un ídolo y de los personajes
que se convierten en símbolos nacionales, sino también toda la cultura del
lugar de donde es originario el protagonista de la historia. Un lugar lleno de
rituales, símbolos, creencias y una indudable conexión con la naturaleza.
Este film no nos quiere hablar de Maradona, nos quiere
hablar de ese personaje propio de un lugar, que no se encontrará en otra parte,
tanto así que los personajes son encarnados por actores con poca o nada de
experiencia. Quien hace de Tati, sólo lleva un año en clases de actuación, los demás personajes de igual forma, otros
nunca habían actuado, y lo más importante la mayoría son propios de la región o
de lugares aledaños. A lo largo del viaje que emprende Tati, también nos dan a
conocer muchas características de las personas argentinas de diferentes
lugares, desde la forma en la que hablan, sus diferentes colores de piel, sus
actitudes, sus profesiones, el obrero, el artista, el comerciante, el
camionero, y por otro lado los distintos personajes que aman a Maradona desde
niños muy niños hasta un anciano que privado del sentido de la vista.
Pero este es un film de ficción, alguien lo escribió e
imaginó. El Camino de San Diego es un film que como bien aclara Carmen Guarini[1] en su
ensayo sobre Cine Antropológico, es un producto del punto de vista de alguien,
de ese director que “conoce” esa sociedad de la que quiere hablar y reflejar en
su trabajo. Entonces por qué a pesar de ser un producto de ficción su argumento
nos parece creíble, quizá porque al inicio nos plantea un formato casi que
documental, con entrevistas a conocidos del protagonista que nos hablan sobre
él y su pasión, la fotografía que usa colores muy característicos de
documentales latinoamericanos o a películas de autor, que son para mí, también
muy antropológicas. Los colores azules, verdes, grises le dan ese toque “real”
a este film. También el hecho de que los actores sean ‘no actores’ le da ese
toque documental al film.
Esa presentación de un personaje “parecido a nosotros”,
para personas no argentinas como yo, quizá no logre que me identifique con el
amor hacia Maradona, pero sí como esa persona que lucha por un sueño, que se
propone una tarea y la cumple. Por eso aquí cito nuevamente a Guarini cuando
dice que a su juicio el hombre explora y conoce lo diferente a fin de entender
cuánto es que tenemos en común los unos con los otros[2],
quien realizó y vio esta película con seguridad se emocionó tanto como el
personaje que emprendió su aventura y
que aparentemente logro su meta final que era entregar a Maradona la estatua
con su rostro.Lo anterior, me permite recordar
que lo que más me llamó la atención de este film, es la manera de mostrarnos a
la sociedad argentina. Cito el texto de ElisendaArdevoly Nora Muntañola “representación
y cultura audiovisual en la sociedad contemporánea”, en el que nos dicen:
“En lugar de preguntarnos si la fotografía es un
registro fiel de la realidad externa o un medio de expresión de una
subjetividad interior, debemos preguntarnos si la fotografía, el cine, el vídeo
o la imagen digital introducen una forma distinta de conocer, de aproximarnos a
los fenómenos sociales, si modifica nuestra mirada y la misma forma de hace
nuestra investigación.”[3]
Entonces me pregunto si de lo anterior es muy
consciente Sorin, al presentarnos esta Argentina amable, positiva, solidaria y
que aunque sostiene el discurso de una rivalidad
con el país vecino Brasil, al final no es nuestra nacionalidad lo que cuenta sino
nuestros lazos de amistad. Entonces esto convierte al cine en un importante
medio para eliminar barreras, y este papel es muy importante para esta sociedad
que cada día parece acercarse y alejarse al mismo tiempo. Muntañola y Ardevol,
coinciden conmigo en esto, yo coincido con ellas en que medios como la escritura, la fotografía, el cine o el
vídeo tienen un papel muy importante a la hora de describir y de analizar la
producción de imágenes desde una perspectiva antropológica, ya que no
estudiamos fenómenos físicos o biológicos, sino la realidad social y cultural
–una realidad intersubjetiva, mediada por la comunicación simbólica-, en la
cual la emotividad, la narratividad y los efectos de comunicación tienen un
papel esencial.[4]
Puede que este film no sea directamente el resultado de
un trabajo antropológico minucioso, pero contiene varios elementos que lo
convierten en eso, es esa emotividad, la forma de narrar esta historia la que
le aporta algo a esta sociedad que consume productos audiovisuales y que genera
toda una interacción de conocimientos previos al confrontarse con la imagen.
“En este universo de signos en el que vivimos los seres humanos, las ideas son
las mediadoras en las relaciones humanas, con la sociedad y con el mundo”,
entonces, retomando, ¿fue el director de este film consiente de todo esto?
Realizó una formidable labor al contarnos una historia llena de positivismo, en
la que los únicos reveses del protagonista fueron su esposa quien dudaba de lo
que haría su esposo, o las burlas de algunos al ver su estatua de Maradona, que
por cierto al tener el título de “estatua”, hacia el final del film le dio
privilegio en la lista de los regalos que le serían entregados al ídolo
futbolístico.
En sí cada film, como hemos dicho antes tendría un
perfil antropológico, el mismo Flaherty lo haría con Nanook, quien regresó al
lugar en el que filmó varias veces hasta lograr filmar una historia que tuviera
sentido aunque tuviera que forzar algunas situaciones para poder capturarlas
con su lente, ¿pero esto lo haría menos real? Aparentemente no. Nada que pase
por una cámara podría decirse que ‘refleja la realidad’ porque el hecho de
decir una cámara, nos habla de un objeto que tiene la capacidad de abarcar sólo
un pedazo del mundo, incluso nuestros propios ojos están limitados, y ni qué
decir, de la idea de la que ya hemos hablado de que todo está condicionado por
nuestras experiencias y conocimientos. Al descubrir la fotografía, el cine, el
hombre creyó pretendía con gran interés capturar la realidad, en parte sí…quizá
su realidad, la realidad de cómo ve el mundo quien se pone detrás del aparato
tecnológico y de seguro muchos van a coincidir en diferentes puntos con él, y
compartan ideas muy parecidas de la realidad, esto es lo que nos une en esta
sociedad que se acerca y aleja al mismo tiempo. Esa línea que se dibuja en el
ir y venir pero que al final no se rompe.
Con todo esto simplemente puedo reafirmar el estrecho
vínculo del oficio de observar de un cineasta o guionista para escribir un
guion o de un antropólogo que busca investigar un grupo y conocerlo, ese camino
hacia la realidad que no podemos perder y que nos hace emocionar cuando nos
vemos reflejados en una imagen fija o en movimiento. Que el cine tiene no sólo
algunos rasgos antropológicos sino que tiene mucho de ello, al crear personajes
y situaciones buscamos entender ese mundo en el que se desarrollarán y se
descubrirán a sí mismos y el mismo público que los observe se verá reflejado en
ellos.
Bibliografía
·
Representación y cultura audiovisual en la
sociedad contemporánea. ElisendaArdebol y Nora Muntañola.
·
Cine Antropológico y colonialismo.
Compilación y Prólogo Adolfo Colombres, ENSAYO Cine antropológico: algunas
reflexiones metodológicas, Carmen Guarini.
·
El Camino de San Diego. Una película de
Carlos Sorin. Año 2006, Buenos Aires.
[1]Cine Antropológico y
colonialismo. Compilación y Prólogo Adolfo Colombres, ENSAYO Cine
antropológico: algunas reflexiones metodológicas, Carmen Guarini
[2]Cine Antropológico y
colonialismo. Compilación y Prólogo Adolfo Colombres, ENSAYO Cine
antropológico: algunas reflexiones metodológicas, Carmen Guarini
[3]Representación y
cultura audiovisual en la sociedad contemporánea. ElisendaArdebol y Nora
Muntañola.
[4]Representación y
cultura audiovisual en la sociedad contemporánea. ElisendaArdebol y Nora
Muntañola.
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